Padecimientos
Testiculares
Médico especialista
Dr. Heriberto Lujano Pedraza

urologo en toluca
Diagnóstico y tratamiento testicular
Los padecimientos testiculares abarcan una variedad de condiciones que pueden afectar la salud, fertilidad y bienestar masculino en distintas etapas de la vida. Desde inflamaciones benignas hasta tumores malignos, los testículos son órganos sensibles que responden tanto a factores hormonales como a infecciones, traumatismos o alteraciones congénitas.
La detección temprana y el seguimiento médico adecuado permiten abordar estos padecimientos con mayor eficacia, preservar la función reproductiva y evitar complicaciones. Te recomendamos acuidr a consulta si notas molestias persistentes, bultos, cambios físicos o síntomas que no desaparecen con el tiempo.

Hidrocele
El hidrocele es una acumulación de líquido en el saco que rodea uno o ambos testículos, lo que provoca una hinchazón visible en el escroto. Esta condición puede presentarse desde el nacimiento (hidrocele congénito) o desarrollarse más adelante en la vida (hidrocele adquirido), generalmente como resultado de una lesión, inflamación o infección en la zona escrotal.
En los recién nacidos, el hidrocele suele ser benigno y desaparece espontáneamente durante el primer año de vida. En adultos, aunque no suele causar dolor, puede generar una sensación de pesadez o incomodidad, especialmente si el tamaño aumenta con el tiempo. Existen dos formas principales: el hidrocele comunicante, donde el líquido fluye desde el abdomen hacia el escroto, y el no comunicante, donde el líquido queda atrapado sin conexión directa.

Urólogo en Toluca
Hidrocele
01 ¿Cómo se diagnóstica?
El diagnóstico de los padecimientos testiculares comienza con una evaluación clínica detallada. El médico realiza una entrevista para conocer los síntomas, antecedentes personales y familiares, y luego procede a una inspección visual y palpación cuidadosa del escroto, los testículos, el epidídimo y el cordón espermático. Esta exploración permite detectar bultos, dolor, cambios en la textura o tamaño, y signos de inflamación o torsión. En algunos casos se utiliza la transiluminación, una técnica que consiste en iluminar el escroto para diferenciar entre masas sólidas y quistes llenos de líquido, como el hidrocele.
Cuando se requiere mayor precisión, se solicita una ecografía testicular, que ofrece imágenes en tiempo real y ayuda a distinguir entre tumores, quistes, varicocele o torsión testicular. También pueden realizarse análisis de sangre para detectar marcadores tumorales, especialmente si se sospecha cáncer. En situaciones más complejas, se recurre a tomografías o resonancias magnéticas para evaluar la extensión de la lesión.
02 ¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas de los padecimientos testiculares pueden variar ampliamente según la causa, pero suelen manifestarse como señales físicas o molestias que no deben ignorarse. El dolor testicular es uno de los síntomas más comunes: puede ser leve y constante, como en el caso de quistes o inflamaciones, o aparecer de forma repentina e intensa, como ocurre en la torsión testicular, una urgencia médica que requiere atención inmediata. También es frecuente la hinchazón o aumento de tamaño de uno de los testículos, que puede deberse a condiciones como hidrocele, varicocele, epididimitis o incluso cáncer. En algunos casos, el dolor se irradia hacia el abdomen o la ingle, y puede acompañarse de fiebre, enrojecimiento o sensibilidad al tacto. La presencia de bultos, cambios en la textura, secreciones anormales o sensación de pesadez también son señales de alerta.
03 ¿Cómo se trata?
El tratamiento de los padecimientos testiculares varía según la causa específica, la gravedad del cuadro y la edad del paciente. En casos de infecciones como la orquitis o epididimitis, se indica antibioticoterapia, reposo, antiinflamatorios y en ocasiones compresas frías para aliviar el dolor y la hinchazón. Si se trata de un hidrocele o varicocele que genera molestias o afecta la fertilidad, puede requerirse cirugía correctiva, como la hidrocelectomía o la ligadura de venas dilatadas.
En situaciones urgentes como la torsión testicular, se necesita intervención quirúrgica inmediata para preservar la viabilidad del testículo. Los quistes benignos, como el espermatocele, suelen observarse si no causan síntomas, pero pueden extirparse si provocan dolor o crecimiento progresivo. En el caso del cáncer testicular, el tratamiento incluye la orquiectomía (extirpación del testículo afectado), seguida de quimioterapia, radioterapia o vigilancia activa, según el tipo y estadio del tumor.
Diágnostico en Toluca
Orquiepidimitis
Es una inflamación simultánea del testículo (orquitis) y del epidídimo (epididimitis), una estructura ubicada en la parte posterior del testículo que almacena y transporta los espermatozoides. Esta condición puede presentarse de forma aguda, con síntomas intensos y súbitos, o de manera crónica, con molestias persistentes que aparecen y desaparecen con el tiempo.
La causa más común es una infección bacteriana, ya sea por enfermedades de transmisión sexual como Chlamydia trachomatis o Neisseria gonorrhoeae, o por bacterias del tracto urinario como Escherichia coli. También puede surgir por virus como el de las paperas, traumatismos en el escroto, procedimientos médicos invasivos (como el cateterismo), o incluso por enfermedades sistémicas como la tuberculosis o la brucelosis.
¿Cómo se diagnóstica?
El diagnóstico de la orquiepidimitis comienza con una evaluación clínica detallada. El médico realiza un interrogatorio para conocer los síntomas, como dolor escrotal, fiebre, secreción uretral o dificultad para orinar, y luego procede a una exploración física del escroto. Durante esta revisión, se busca inflamación, sensibilidad, aumento de tamaño y signos como el Signo de Prehn positivo, que consiste en el alivio del dolor al elevar el testículo, lo que sugiere epididimitis más que torsión testicular.
En casos agudos, se puede realizar una ecografía escrotal para confirmar la inflamación del epidídimo y del testículo, descartar abscesos o diferenciarlo de otras causas como torsión testicular o tumores. Si hay secreción uretral o antecedentes de prácticas sexuales de riesgo, se solicita un exudado uretral y pruebas específicas como tinción de Gram o PCR para detectar infecciones como gonorrea o clamidia. En pacientes inmunodeprimidos o con síntomas crónicos, también se consideran estudios para tuberculosis o brucelosis.
Este enfoque permite diferenciar entre causas infecciosas, inflamatorias o traumáticas, y orientar el tratamiento adecuado
¿Cuáles son sus síntomas?
La orquiepidimitis suele presentarse con dolor testicular que puede comenzar de forma repentina o progresiva, acompañado de hinchazón en uno o ambos testículos. El escroto puede volverse sensible, enrojecido y caliente al tacto, y el malestar puede irradiarse hacia la ingle o el abdomen. Es común que el paciente experimente fiebre, escalofríos y sensación de pesadez escrotal. En algunos casos, hay secreción uretral, ardor al orinar o necesidad urgente de micción, especialmente si la causa es una infección de transmisión sexual o urinaria. Cuando la inflamación es intensa, caminar o sentarse puede volverse incómodo, y si no se trata, pueden aparecer complicaciones como abscesos o atrofia testicular.
¿Cómo se trata?
El tratamiento de la orquiepidimitis depende de la causa subyacente, la intensidad de los síntomas y si hay complicaciones como abscesos o afectación testicular. En la mayoría de los casos, se inicia con antibióticos, especialmente si se sospecha una infección bacteriana. En varones jóvenes con vida sexual activa, se suelen usar medicamentos como doxiciclina o ceftriaxona para cubrir infecciones por Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae. En adultos mayores o pacientes con antecedentes de instrumentación urinaria, se emplean antibióticos dirigidos a bacterias como E. coli o Pseudomonas.
Además del tratamiento antimicrobiano, se recomienda reposo, elevación del escroto, aplicación de compresas frías y antiinflamatorios no esteroideos para aliviar el dolor y reducir la inflamación. En casos graves o cuando hay formación de abscesos, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para drenar el área afectada o incluso extirpar el testículo si hay necrosis.




DIAGNÓSTICO EN TOLUCA
Quiste de epidídimo
También conocido como espermatocele, es una pequeña bolsa llena de líquido que se forma en el epidídimo, una estructura tubular ubicada en la parte posterior del testículo encargada de almacenar y transportar espermatozoides. Estos quistes son generalmente benignos, no están relacionados con el cáncer testicular y suelen descubrirse de forma incidental durante revisiones médicas o estudios por otras causas.
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¿Cómo se diagnóstica?
El diagnóstico se confirma mediante exploración física y ecografía escrotal, que permite diferenciarlo de otras afecciones como tumores o hernias. -
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¿Cuáles son sus síntomas?
El quiste de epidídimo suele ser asintomático en la mayoría de los casos, lo que significa que muchas personas lo descubren por casualidad durante una exploración física o una ecografía por otro motivo. Sin embargo, cuando el quiste crece o se inflama, puede provocar una sensación de bulto firme y redondeado en la parte posterior del testículo, generalmente indoloro pero perceptible al tacto. Algunas personas experimentan molestias leves o presión en el escroto, especialmente al caminar, sentarse o durante la actividad física. En casos menos frecuentes, puede aparecer dolor escrotal persistente, sensación de pesadez o incomodidad durante las relaciones sexuales o la eyaculación.

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¿Cómo se trata?
El tratamiento del quiste de epidídimo depende principalmente de su tamaño, los síntomas que provoca y el impacto que tiene en la calidad de vida del paciente. En la mayoría de los casos, si el quiste es pequeño y no causa molestias, se opta por un enfoque conservador: observación periódica, control clínico y medidas simples como el uso de ropa interior de soporte para reducir la incomodidad. Cuando el quiste crece o genera dolor persistente, se puede considerar la extirpación quirúrgica, conocida como epididimectomía. Este procedimiento se realiza bajo anestesia y permite eliminar el quiste sin afectar significativamente la función testicular. En casos seleccionados, también se puede realizar una marsupialización, que consiste en drenar el contenido del quiste y dejar abierta la cavidad para evitar que se vuelva a llenar. No se recomienda pinchar o drenar el quiste de forma ambulatoria, ya que esto puede provocar infecciones o recurrencias. El tratamiento siempre debe ser guiado por un urólogo, quien valorará los riesgos, beneficios y alternativas según cada caso.
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Torsión testicular
Es una urgencia médica que ocurre cuando el cordón espermático, la estructura que lleva sangre al testículo, se gira sobre sí mismo, bloqueando el flujo sanguíneo. Esta rotación provoca una isquemia testicular, es decir, una falta de oxígeno que puede dañar gravemente el tejido si no se trata de inmediato.
¿Cómo se diagnóstica?
El diagnóstico de la torsión testicular se basa principalmente en la evaluación clínica inmediata, ya que el tiempo es crucial para preservar el testículo. El médico realiza una exploración física del escroto, los testículos, la ingle y el abdomen, buscando signos como dolor intenso, hinchazón, posición elevada del testículo afectado y ausencia del reflejo cremastérico, que normalmente provoca la contracción del testículo al estimular el muslo.
Cuando hay dudas o el cuadro no es completamente claro, se solicita una ecografía Doppler color, que permite evaluar el flujo sanguíneo hacia el testículo. Una disminución o ausencia de flujo es altamente sugestiva de torsión. Sin embargo, si el dolor lleva varias horas y los hallazgos clínicos son compatibles, se puede proceder directamente a cirugía exploratoria, sin esperar estudios adicionales, para evitar la pérdida del testículo.
¿Cuáles son sus síntomas?
El cuadro suele presentarse con dolor testicular intenso y repentino, a menudo acompañado de hinchazón, enrojecimiento, náuseas o vómitos. En algunos casos, el testículo afectado se eleva o adopta una posición horizontal, y el reflejo cremastérico (contracción del testículo al estimular el muslo) desaparece. Esta condición puede aparecer en cualquier edad, pero es más común en adolescentes y adultos jóvenes.
¿Cómo se trata?
La torsión testicular se trata mediante cirugía de urgencia, ya que el tiempo es determinante para salvar el testículo. El procedimiento se llama detorsión quirúrgica, y consiste en desenrollar el cordón espermático para restablecer el flujo sanguíneo. Si el testículo aún está viable, se fija dentro del escroto mediante puntos de sutura para evitar futuras torsiones, en un procedimiento llamado orquidopexia. En la mayoría de los casos, también se fija el testículo contralateral, ya que suele compartir la misma predisposición anatómica.
Si el testículo ha perdido su irrigación por completo, lo que puede ocurrir si han pasado más de 6 horas desde el inicio del dolor, es posible que se requiera su extirpación (orquiectomía) para evitar complicaciones como necrosis o infección.
En algunos casos muy tempranos, el médico puede intentar una detorsión manual aplicando presión externa, pero incluso si esto tiene éxito, se recomienda la cirugía posterior para asegurar la fijación y evitar recurrencias.
Te recomendamos acudir de inmediato a consulta si presentas dolor testicular súbito e intenso, ya que actuar en las primeras horas puede marcar la diferencia entre conservar o perder el testículo
Más de 10 años comprometido con la salud y el bienestar de mis pacientes en Toluca.
Dr. Heriberto Lujano Pedraza
